Por algún secreto motivo en Cataluña hay una arraigada afición al motor. En Barcelona parece como si la naturaleza haya querido dar también cabida a variadísimos recorridos por carretera, que sin duda hacen las delicias de una población tan profundamente ligada a todas las modalidades deportivas con bólidos de dos y cuatro ruedas.
Cataluña, situada al noroeste de la Península, ofrece además de sus más de 400 km. de playas, al norte de trazado abrupto con pequeñas calas de trazado irregular, y según se avanza más hacia el sur, el Mediterráneo se torna más azul y transparente y baña extensas playas de arenas suaves, idóneas para relajarse y descansar largamente. Hacia el interior la depresión central presenta un relieve muy variado en el que alternan las sierras, la zona mesetarias y las llanuras. En la parte septentrional los cerros y las montañas se extienden se extienden por el territorio configurando escarpadas cumbres que anticipan la imponente cordillera pirenaica, con cumbres que llegan a alcanzar los 3.000 m de altitud. Todo ello permite disfrutar tanto de sus animadas playas como de toda la variedad de deportes invernales, y, más relacionado con nuestra ruta, carreteras que enlazan rápidamente la playa con la montaña, y que a más de uno pondrá a prueba su condición de experto piloto.
Cataluña y el deporte del motor han estado siempre muy ligados. Los pilotos catalanes han sido campeones de los mundiales de Moto GP, Moto 2, Moto 3, Trial, el Dakar, tanto en coches como en motos, y también en la categoría femenina. Estos pilotos empezaron su trayectoria deportiva moviéndose por esta zona cotidianamente en moto, y su pericia se ha forjado recorriendo las carreteras que bordean en Montseny. Dos son las carreteras que atraviesan este espectacular Parque Natural. La más conocida es la que parte desde Santa María de Palautordera que pasa por Montseny y en continua ascensión nos lleva al puerto del Coll Fornic a 1.145 m de altitud. En esta misma carretera, el Hotel Husa San Bernat, del club de hoteles con encanto de Ruralka, es perfecto para pasar una buena estancia en uno de los parques naturales más importantes de Cataluña. El hotel es amplio y acogedor, y sobre todo nos regalará paz y tranquilidad.
Desde este punto parte el tramo conocido como “la costa del Montseny” que nos ofrecerá excepcionales panorámicas del valle abierto al mar, dejando por la izquierda bonitas poblaciones como Sant Esteve y Santa Margarida. El recorrido nos hará disfrutar muchísimo de nuestra V Strom 1.000 con curvas ciegas, apuradas de frenada, curvas cerradas, abiertas y alguna de doble radio, sumado al buen asfaltado de esta carretera 100% motera. Ojo con las reses sueltas. Seguido esta carretera nos lleva directamente a Seva, el pueblo natal de Alex Crivillé. Pero antes atravesaremos El Brull, que nos atrapará por su aspecto pintoresco, cuajado de las típicas masías catalanas. El descenso hacia Seva, 3,5 km. es más recto.
Para alcanzar la otra carretera enmarcada en el Parque del Montseny necesitamos hacer un tramo de enlace con Viladrau, donde merece la pena perderse a pie por los alrededores. Podemos andar un pequeño camino llamado “El Camino de los Puentes Perdidos”, –Puentes y puentecillos levantados hace siglos para comunicar un territorio cortado por numerosos torrentes y rieras, paseando entre árboles centenarios y masías–, o subir a la Creu de Matagalls o Camí de Sant Segimon, un camino que recorre los diferentes tipos de vegetación del Montseny, desde las alisedas del valle hasta las zonas rocosas de las cimas, donde podemos encontrar la hierba de Sant Segimon, endémica de la zona. Por la BV5114 continuamos por la ermita de Sant Marçal y Santa Fe, para dar con el desvío al pico más alto de la sierra, el Turó de l¨Home de 1.708 m. esta “colina del hombre” donde hemos de parar a contemplar sus vistas, y por qué no enmarcar nuestra V Strom 1.000 en alguna foto de recuerdo.
Después del descanso hemos de preparar el físico para otra buena ración de retorcidísimas curvas entre el puerto de Santa fe, La Costa, Fogars de Montclús y Campins, un tramo de apenas 30 km. pero que con seguridad nos dejará exhaustos de carretera hasta que lleguemos a Sant Celoni. Terminaremos cansados, pero podremos presumir de haber recorrido las mismas carreteras que los pilotos campeones.
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