Viendo Asturias con la imaginación nos traslada inmediatamente a un entorno natural difícilmente comparable, un espacio verde y azul intenso altamente conservado y que sin duda nos va arrancar emociones a quienes tengan debilidad por los paisajes más espectaculares. Enmarcada entre una estrecha franja encorsetada entre el mar cantábrico y la cordillera cantábrica, la vista no sabe donde posarse entre las respetuosas cumbres de Picos de Europa, o el ensordecedor batir del Mar Cantábrico. Las zonas naturales están poco alteradas, la riqueza biológica está bien protegida, y junto a las playas naturales hace de Asturias un paraíso, que además es perfecto por una circunstancia: La autovía del cantábrico hace posible desplazarnos rápidamente entre sus mas de 400 kilómetros de costa, con lo que sus carreteras tradicionales están poco transitadas, y viajar por ellas es todo un placer, sobre todo con motos tan polivalentes como una trail, y concretamente la Suzuki V Strom recientemente lanzada al mercado.
Para nuestra ruta partimos de Gijón por la carretera de la Providencia, para continuar después por la GI-2 y la 632 e introducirnos en la comarca famosa por la sidra, una zona ideal para acudir a un buen “chigre” cuando nos tomemos un respiro, y catar también su buen marisco. Llegamos al primer puerto pesquero de nuestro viaje, Tazones, declarado conjunto histórico, vemos que su pequeño puerto tiene aún mayor atractivo si cabe por su caserío tradicional, colgado de sus escarpadas laderas de dos montes. Prendidas a ellas, las casas se amontonan entre sí y dan vistosidad a este inolvidable pueblo asturiano. Sus rudas calles rellenas de empedrado encajan como un guante con nuestra Suzuki V Strom, por la agilidad de su diseño trail, posición de conducción, buen manillar, neumáticos mixtos, y también por la tecnología de su ABS que siendo de última generación, se combina con el control de tracción.
La Ría de Villaviciosa tiene además interés botánico por su gran cantidad de especies, sabiendo que sus marismas son escasas en todo el litoral cantábrico. Lastres es nuestro siguiente destino, a resguardo del cabo y con su caserío elevado sobre el puerto que permite preciosas vistas, más si cabe si ascendemos hasta la Capilla de San Roque, bien hacia la costa o hacia la sierra del Sueve flanqueada por los Picos de Europa. Llegamos a Colunga, donde nos esperan con los brazos abiertos en el hotel Mar del Sueve, del club de hoteles con encanto de Ruralka. Podemos hacer un alto en el camino en este bonito hotel, o parar y planificar la continuación de nuestra ruta para el día siguiente. Un hotel osado entre playas donde hay sensibilidad por el arte y mantienen varias exposiciones al año. También la música es protagonista: clásica por las mañanas, tranquila al mediodía mientras preparas tu excursión a la cascada de Ovaya (una gran desconocida), y jazz y bossa nova en las noches.
Después de la pausa buscamos la N 632 para llegar a Ribadesella, población costera muy conocida por la competición de piragüismo del descenso Internacional del Sella. Yendo en moto merece la pena ir por estrechas carreteras entre bosques, enlazar pueblos tan bonitos como Niembro y Barro antes de llegar al histórico puerto de Llanes. Después iremos a Colombres por la pintoresca AS 343, otro enclave importante por sus casas de indianos, cuyo origen proviene de la influencia de la arquitectura americana, proveniente del retorno de emigrantes españoles en el siglo XIX. Nuestro recorrido por la costa hacia oriente termina en las proximidades de la cueva del Pindal.
Ahora para regresar a Oviedo cogeremos una ruta hacia en interior, en paralelo al río Deva, metiéndonos entre las montañas. Dejamos la N 621 desviándonos por la AS-114 que viene marcada por la confluencia del Deva con el Cares. Ahora penetraremos por uno de los desfiladeros más espectaculares de Asturias. Las altas paredes de roca hacen resonar el rugido del río y que rápidamente nos hace desembocar en Arenas de Cabrales, el origen del famoso queso astur y a los pies del valle que regenta en Naranjo de Bulnes que, aunque no se trata del pico más alto de la Cordillera Cantábrica, cobra su fama por su predilección por los aficionados a la escalada.
Es momento de aferrarnos fuertemente al manillar de la Suzuki V Strom para afrontar una buena ensalada de curvas y no dejarnos tentar por las impresionantes vistas de los picos de Europa y el Pico Urriellu -que es como llaman aquí al Naranjo en Bable-, un tramo inolvidable recorriéndolo en moto, y por su asfalto en perfecto estado. Hemos de llegar ahora hasta Soto de Cangas para desviarnos a Covadonga y los Lagos. En Cangas hemos de visitar su puente Romano (de estilo Gótico) y la Capilla de Santa Cruz edificada en la base de un dolmen prehistórico, y reconstruida por dos veces con objeto de dejar a la luz este símbolo ancestral.
Si es hora de comer o incluso cenar, en Cangas además contamos con uno de los mejores alojamientos inmersos en Picos de Europa el Hotel La Cepada. Un antiguo hórreo para guardar el grano, convertido en una elevada atalaya con impresionantes vistas a Cangas y a las montañas de Picos de Europa. Destaca por su gastronomía y su bodega con cerca de 3.500 referencias. Siguiendo la ruta paralelos al Sella llegamos a Arriondas, y después por la N 634 a Infiesto y Nava –la catedral de la sidra–, que si enlazamos con la autovía A -64 cerca de Lieres, nos llevará de regreso junto a nuestra compañera motorizada a la capital del principado.
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