BY JESÚS GUTIERREZ
Jesús Gutierrez nos presenta una ruta para disfrutar con nuestra Suzuki V-Strom en una zona que conoce muy bien, la Sierra suroeste de Madrid. Allí probaremos las curvas y zonas de pista de dificultad media-baja para los más aventureros. ¡Una ruta diferente para disfrutar a lo grande!
¡Esperamos que os guste!
La ruta comienza desde el hotel recomendado por Ruralka Torreblanca, en Guadarrama. Un edificio de 1928 que nos sirve de refugio y nos da lo que tanto estábamos buscando, la tranquilidad y la naturaleza para escaparse un fin de semana.
Arrancamos el motor de nuestra Suzuki y nos dirigimos a Hoyo de Pinares por la M-600 y seguidamente encontramos un camino que nos abre el apetito de pista para probar la V-Strom en su lado más trail. La pista está ubicada en la carretera de Valdemaqueda – San Bartolomé de Pinares y es de dificultad baja para comenzar progresivamente y tomar contacto con la tierra de forma prudente. ¡Esto nos gusta y queremos más!
Hacemos un alto en el camino para reponer energía y probar las delicias gastronómicas de la zona, podemos hacerlo en la recomendación de ruralka, El Hotelito, ubicado en Navaluenga. Su cocina contemporánea de temporada con productos locales y las vistas a la montaña gracias a sus ventanas panorámicas hacen que sea una parada obligatoria en nuestra ruta.
Continuamos la ruta por la AV-902 y vuelven las curvas bordeando El Burguillo y El Valle de Iruelas, más bonito si cabe ahora en otoño con sus colores anaranjados. Desde aquí enlazamos otra pista de 18 km con dificultad baja-media en Alto de Casillas – Casillas.
Este último pueblo es conocido estar rodeado de un gran bosque de castaños y robledales en las lomas de la montaña cerca del nacimiento del río Tiétar. En otoño se llena de visitantes que acuden a recoger las castañas, ¡toda una experiencia! Después de haber disfrutado también de la subida llena de curvas por su puerto, llegamos al último tramo de pista si todavía tenemos ganas. Está ubicado entre Cadalso de los Vidrios N403 y Villa del Prado y son 14 km de dificultad media.
Según nos cuenta Jesús los tramos de pista son asequibles, pudiéndose afrontar con pasajero sin problemas. Todas son pistas transitables, dentro de la legalidad vigente.
La última parada la haremos en Aldea del Fresno para descansar y tomarnos algo antes de llegar finalmente a Madrid.
¡Un verdadero rutón, diferente y con aventura!
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