El verano se está acabando y los horarios, el tráfico y la rutina diaria están a la vuelta de la esquina. Pero si hay algo que puede hacer más llevadero el regreso, es saber que tu moto está lista para acompañarte en cada trayecto con total seguridad. Ya sea que haya estado el garaje o haya sido tu fiel compañera de aventuras, es fundamental hacerle una revisión completa antes de volver a usarla.
Lo primero es hacer una inspección general. Observa si hay tornillos sueltos, posibles fugas o piezas que muestren desgaste. No necesitas ser mecánico para detectar detalles que pueden evitarte un problema más adelante. Luego, presta atención a los neumáticos: después del calor y la inactividad, pueden haber perdido presión o mostrar signos de deformación. Verifica que la presión esté dentro de los valores recomendados y revisa el estado del dibujo para asegurarte de que aún ofrece el agarre necesario.
La batería es otro punto crítico. Si la moto ha estado parada varias semanas, es muy probable que se haya descargado. Prueba a arrancarla y, si notas debilidad, ponla a cargar o evalúa cambiarla si ya tiene bastante tiempo. Junto a esto, revisa los niveles de aceite, refrigerante y líquido de frenos.
Una buena limpieza también es importante. Después de rodar por distintos terrenos o de estar almacenada, tu moto agradecerá una limpieza a fondo. Usa productos adecuados, limpia y lubrica la cadena, y deja todas las superficies relucientes. Aprovecha también para revisar tu equipamiento: casco, guantes, chaqueta… El verano puede deteriorarlos más de lo que parece.
Y no olvides la parte administrativa: asegúrate de que tu documentación esté al día. Verifica que el seguro esté en vigor, que la ITV esté pasada si corresponde y que llevas todos los papeles en regla.
Volver a la rutina no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento o estrés. Con tu moto a punto, cada trayecto puede convertirse en un momento de disfrute personal. Dedícale un rato, hazle ese repaso que necesita y vuelve a rodar con la tranquilidad de saber que todo está en orden. ¡Septiembre se afronta mejor sobre dos ruedas!
Y recuerda: tu moto no es solo un medio de transporte, es tu aliada de libertad. Mantenerla en perfecto estado no es una obligación, es la mejor inversión para seguir sumando kilómetros de emociones, curvas y paisajes. La carretera siempre estará ahí, esperándote, pero es mucho mejor recorrerla con la confianza de que todo está en su sitio.
Porque cada vez que giras la llave, empieza algo más que un simple trayecto: empieza una nueva historia sobre dos ruedas.
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