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Coge la moto, que vas a descubrir el verdadero encanto gallego, ¡vamos allá!

La caprichosa orografía del litoral gallego hace inevitable que sea toda una tentación visitar con nuestra Suzuki V Strom todos sus confines. La costa más occidental de España nos esconde infinidad de rincones bellísimos y gran encanto, tanto que la vieja leyenda atribuye su creación a la huella que plantó el Creador con su mano, que originarían estas entradas de mar en la tierra. De este a oeste, de norte a sur, de las Rías Altas a las Rías Baixas, nos esperan acantilados y playas de aguas tranquilas llenos de encanto, viñedos y pinares, pueblos marineros, puertos deportivos, cruceiros, pazos con jardines al borde del agua y, lo que para muchos es lo mejor de la rías, el sabor del mar de su espléndida gastronomía.

Seducidos por el bramido del Atlántico, nos disponemos a conocer las tres rías pontevedresas, la de Vigo, Pontevedra, y finalmente la de Arousa. Al sur, Baiona tuvo la suerte de ser la primera población española en conocer la existencia del nuevo mundo, cuando en 1493 arribaba desde América la carabela La Pinta, convirtiéndose en un puerto de gran actividad transoceánica. Nos movemos hacia dentro de la ría, casi costeando, por la PO 325 y VG 20.

Vigo es la población atlántica y de actividad industrial más importante, originalmente conservera y naval. En Vigo ha de visitarse A Colegiata de estilo neoclásico, con tres naves cubiertas con bóvedas de cañón y en la que se venera al Cristo de la Victoria, El Casco Antiguo -al que antiguamente anegaba el agua del mar- es perfecto para pasear por la Calle real, Praza Maior y Plaza Almeida (monumento nacional), y admirar la Casa de los Pazos con su gran escudo, ventana de arcos y decoración plateresca. Si queremos conocer la ruta a lomos de nuestra Suzuki, lo ideal es dar toda la vuelta por la ensenada de San Simón, pasando por Cobres, Paredes y Redondela.

Cangas alberga treinta y ocho playas entre paisajes escarpados y atalayas naturales. Un rápido recorrido por la franja de tierra que media entre la ría de Vigo y la de Pontevedra, ha de culminar en los miradores de Coto Redondo y Castrove a cada lado de la misma, y desde aquí admirar las vistas hacia la capital. Frente al mar, las Islas Cíes se erigen como tres guerreros defensores de los fuertes vientos oceánicos. Las islas de Faro, San Martiño y Boceiro constituyen un singular enclave natural.

El dedo anular del Creador conformó, según la leyenda, la atractiva Ría de Pontevedra. Abocada valientemente al mar, en sus playas encontramos innumerables atractivos. En el fondo de la Ría, Pontevedra, capital histórico-artística de la provincia, tiene un valor monumental indudable, de estilo barroco. Atesora muestras de arte rupestre y, en la edad media, destacaron los astilleros Lérez, en cuyas naves se botaría la carabela “Galega” del viaje a América, posteriormente bautizada Santa María. Su casco antiguo es igualmente conjunto histórico-artístico con casas blasonadas del siglo XV. De esta época es la Basílica de Santa María la Mayor, de tres naves con bóvedas de crucería y su hermosa fachada Plateresca, y ya del barroco, la iglesia de A Peregrina, e Iglesia de San Bartolomé.

Sanxenxo es sobre todo un centro veraniego, simbiosis perfecta de mar y montaña. La gastronomía es fantástica, con sus “caldeiradas” de pescado de Portonovo, mariscos y empanadas preparadas de mil y un maneras, regados por los Albariños de Bordons y Carabuxeira. Si es verano, no hemos de perdernos la Romería de A Lanzada el último sábado de agosto.

De camino hacia allí visitaremos Combarro por sus hórreos hundidos en la ría y cruceros junto al mar, mientas que Portonovo deleita al viajero con sus amenas subastas de pescado. Alzando la vista hacia La Toja, la carretera pasa junto a un promontorio en donde se alza una pequeña ermita, la Capilla de Nosa Señora da Lanzada. Admiraremos la espectacular playa de igual nombre, en la que las mujeres deseosas de un hijo han de acudir a bañarse aquí en la noche de San Juan, y dejarse mecer por nueve olas. A través de un pequeño istmo atravesamos una zona de marismas, que superada nos lleva O Grove, población de gran tradición marinera. Es un buen lugar para almorzar o cenar su buen pescado o marisco. La isla de La Toja es una elegante continuación de O Grove, tiene renombre por sus aguas medicinales con propiedades terapéuticas para la piel, convertida hoy en un centro de turismo de élite.

Siguiendo por la única carretera costera, la PO 550, Cambados es una interesante villa monumental y capital del vino de Albariño, en tempos asediada por los vikingos, con edificaciones tan bonitas como el Pazo de Fefiñanes, de estilo neoclásico y que acoge la bodega más antigua de la zona, la iglesia de San Benito, el pazo de Bazán, Parador de Turismo y el pazo de Ulloa, de los más cuidados de la villa, junto a casas blasonadas como la de los Couto. Estamos en la vertiente marinera del valle del Salnés. Antes de llegar a Villagarcía, un desvío a la derecha nos conduce hasta la isla de Arousa, unida a tierra firme por un espectacular puente. En Vilanova de Arousa encontramos la casa natal del escritor Valle Inclán. En Villagarcía de Arousa hemos de subir al mirador del monte Herbeira. Dedicada a la industria conservera, la villa destaca por su pazo y convento de Vistalegre y el pazo de Rial, declarado Monumento Histórico Artístico. Para rodear por completo la Ría de Arousa, poniendo fin a nuestra ruta Pontevedresa en el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo, formado por su espectacular playa y las lagunas de Vixán y Carregal.

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