Córdoba nos embruja en cada visita ¡Redescúbrela!
Nos vamos a Córdoba con la Suzuki V-Strom! ¡Arranca motores y disfruta de una provincia que con una historia irrepetible!
La huella árabe está muy presente en la Córdoba actual, en sus calles, en su legado monumental, en su gastronomía… e incluso en sus ojos negros y mirada profunda con la que nos capturan los cordobeses. La ciudad del Guadalquivir floreció en la edad media como uno de los centros artísticos, filosóficos y científicos de Europa gracias a los musulmanes, cuyos conocimientos ya superaban por aquel entonces a los de occidente. La mezquita de Córdoba es la principal muestra de su legado. Romanos y musulmanes fueron también los creadores de los típicos patios cordobeses, como los de las calles Postrera, Martín de Roa y San Basilio. Podemos rememorar la Córdoba católica y judía dando un paseo a pie hasta el Alcázar y por las estrechas calles de la Judería, la Sinagoga con sus yeserías y seguir en otros enclaves como el Palacio de Viana, la Posada del Potro, el Convento de la Merced, por el puente y el templo romano.
Tras la vista a Córdoba ponemos ahora rumbo noroeste. Tomamos la A-306 , curveamos en los tramos que sea posible y llegamos a Montoro.
Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1969, Montoro está en la memoria de las guerras napoleónicas, situado en un enclave elevado donde confluyen la sierra, la campiña y el río Guadalquivir. Además de la belleza del paisaje, aúna lugares para recordar como el puente sobre el río y la iglesia de San Bartolomé, ambos del siglo XV; los restos del castillo de la Mota y el castillo de Julia, sus empinadas calles de casas encaladas de blanco, diversas ermitas y la torre de Villaverde. Por alguna razón Antonio –tu anfitrión del Molino La Nava, del club de hoteles con encanto de Ruralka–, nos recuerda que Montoro es la población más pintoresca de la provincia. Este hotel rural fue un antiguo molino de aceite del S. XVIII, muy íntimo al tener tan sólo 8 habitaciones, decorado con un gusto impresionante y en el que ya apetece alojarse nada más ver su enorme patio empedrado. En esta ocasión vamos a degustar su oferta gastronómica donde sus platos tradicionales como el salmorejo, rabo de toro, berenjenas con miel las cuales no te puedes perder ¡son imperdonables para cualquier visitante!
Tomamos la N-420 hacia Cardeña. Aquí llega el tramo más motero de la ruta, diviértete con las curvas y la compañía de tu V-Strom. Es el punto de referencia de este viaje porque fue una de las primeras localidades españolas en recibir unos de los famosos Premios Nacionales de Embellecimiento de Pueblos.
Continuamos por Azuel, conocida como “La Puerta de Andalucía” por su proximidad con Ciudad Real. Es un pueblo interesante por su memoria arqueológica y de la época prerromana proviene el Tesoro de Azuel de los Íberos.
Villanueva de Córdoba se sitúa en pleno centro de los Pedroches. Aquí se cría un fantástico ganado porcino bien cebado por bellotas procedentes de la mayor dehesa de encinar de toda Europa. Ello permite la crianza en estas tierras del magnífico cerdo ibérico de bellota. Del jamón del bueno para entendernos. Inolvidable. De aquí también es típico el “Jarote”, una sopa fría similar al gazpacho que suele acompañarse de morcilla, sardinas fritas o bacalao.
Nuestro viaje termina en Pozoblanco. Si preguntamos a cualquiera de los jubilados que se sientan en el poyo, al cobijo de la encina, estarán deseando explicarnos el significado del lugar que proviene de la costumbre de enlucir los brocales cuando se hacían de ladrillo, y no de bloques de granito como era más corriente. Ellos todavía recordarán “la casa de la viga”, vivienda centenaria ya demolida sustentada por una sola traviesa de encina, en contraste con la plaza Vieja, ermita barroca, los leones sedentes de la fachada del ayuntamiento o las calle de la confitería del Chairo.
El final de la ruta lo puedes definir tú mismo, descansa y rememora la ruta que has hecho con tu V-Strom. ¡Volverás por la zona seguro!
Deja tu comentario