Disfrutando de un recorrido de fantasía por la Huesca más mágica.

Si decimos que Huesca es un paraíso para los moteros no estamos descubriendo ningún secreto. Es una de las provincias con más diversidad paisajística de España y desde las llanuras del desierto de Los Monegros a las gargantas de las montañas de Los Pirineos, existen mil Huescas diferentes, todas llenas de pequeñas sorpresas y rincones por descubrir.

La Huesca que escogimos en esta ocasión, incluye el animado Valle de Benasque, puertos de montaña como el Coll de Espina o el Alto de Bonansa, vertiginosos miradores donde sobrevuelan los quebrantahuesos, insondables gargantas, imponentes picos montañosos, puentes medievales, ermitas olvidadas, encantadores pueblitos como Ainsa o San Juan de Plan, una rodada imposible entre las paredes verticales del Cañón de Añísclo, curvas, curvas, unas pocas curvas más y no había dragones porque no existen, porque si existieran vivirían en Huesca.

Esta vez tuvimos el honor de contar con Fernando Blasco, Director Gerente de TUHUESCA – Turismo de la Provincia de Huesca, no solo para ayudarnos a preparar la ruta, sino acompañándonos en carretera subido a una V-Strom como uno más del grupo. Fernando adora su trabajo, su provincia y le encanta montar en moto. Tenerlo en nuestra ruta fue un verdadero privilegio y sus explicaciones, sus anécdotas y su buen humor hicieron que el día saliera redondo.

Si a estas premisas le añadimos que gozamos de una luz otoñal mágica que bañaba los valles a nuestro paso, sumamos que la lluvia siempre nos respetó a pesar de que nos iba rondando y si os digo que coronamos por primera vez un puerto sin asfaltar en una salida de V-Strom on Road, pues os adelanto ya que este rutón espectacular pasará a formar parte de los mejores recuerdos moteros de todos los que asistimos.

La mañana comenzó en el Sommos Hotel Benasque Spa, emplazado en el corazón de Benasque. Uno de esos hoteles ideales para familias y parejas y amantes de la naturaleza que quieran explorar el valle del Pico de Cerler. Allí nos reunimos los V-Strommers para conocernos, desayunar y hacer un pequeño briefing sobre la ruta. Intercambiamos algunos regalos, primeras risas y al poco tiempo ¡rugieron los motores!

El plan original había sido ampliamente mejorado por los consejos y sugerencias de Fernando la noche antes, que mapa en mano nos ayudó a llegar a los mejores rincones ocultos de nuestro itinerario. La primera parte de la ruta transcurre por la A-139 hacia Castejón de Sos, donde nos incorporamos a la N-260 en dirección a Laspaúles. 

Una vez pasado el Coll de Espina, que tiene un asfalto perfecto y un trazado endiablado, llegamos al pueblito de Noales, donde nos desviamos para conocer la panadería artesanal Farré de L’Aigua que sigue elaborando pan natural y tradicional desde 1945. Desde allí inicia una pista asfaltada que sube al Monumento a Pau Donés, situado en un espectacular mirador hacia el Valle de Montanuy que nos ofrecía unas vistas dignas de un cuadro de Friedrich.

Aquí fue donde el road leader contó una anécdota que hizo que todos se partieran el culo de risa… ¡pero no sabemos qué es lo que dijo! Para averiguarlo tendrías que apuntarte a la próxima V-Strom On Road y preguntarle a MrHicks46 directamente.

Tras bajar a Vilaller y pisar por unos minutos suelo leridano, volvimos a adentrarnos en Huesca por el Alto de Bonansa, un paso de montaña que comunica la cuenca del río Noguera Ribagorzana con el valle de Sis y la cuenca del Isábena y que ofrece unas vistas magníficas en sus partes más aéreas y frondosos bosques de pino en las más sosegadas.

Sin poder poner la moto recta ni un minuto, recorrimos la maravillosa ensalada de curvas que resulta ser la A-1605 en su paso por el Congosto de Obarra: una montaraz sucesión de túneles excavados en la roca que atraviesa uno de los muchos estrechos cañones que visitaríamos durante el día.

Llegando a Veracruz, se inicia un enlace primero hasta el pueblo de Campo por la HU-V-9601 y luego por la N-260 hasta Ainsa. Este tramo, más rápido y tendido por tierras bajas hará las delicias de cualquier motero con ganas de disfrutar. ¡Siempre dentro de los límites y conduciendo con cabeza compañeros! Además, es zona de radar con drones, tomen nota.

Ainsa es un pueblito medieval que es sencillamente maravilloso. Su plaza, sus calles y miradores ofrecen una vista atrás en el tiempo como si el pasado reviviera ante nosotros. Desde aquí remontamos el río Cinca hasta Escalona, donde da comienzo un bucle por el Cañón de Añísclo, que a mí se me antoja como uno de los puntos álgidos del día.

Desde Escalona se toma un desvío hacia la carretera del Cañón de Añísclo. La carretera excavada en un lateral del vertiginoso tajo horadado en la piedra por el río Bellos, nos lleva por lo más profundo de la garganta, a veces tan estrecha que parece que podrías saltar de un lado al otro con un poco de impulso. Pudimos parar en un pequeño apeadero bajo un saliente de roca y contemplar juntos las espectaculares estructuras que el agua y el tiempo habían confeccionado para los restos.

Fue al final del cañón y antes de volver a Ainsa por la carretera de Buerba, donde Fernando nos enseñó el vertiginoso puente medieval de San Úrbez y la ermita rupestre del mismo nombre que está incrustada en la pared de roca, como si un gigante la hubiera estampado contra una inmensa pared de plastilina.

Volvimos sobre nuestra rodada para comer y descansar en el Hotel Peña Montañesa, con unas espectaculares vistas hacia la montaña que le da nombre y donde pudimos degustar platos tradicionales y disfrutar de un ameno café en la terraza.

Todos estábamos a gusto y contentos con el recorrido. Pero las nubes empezaban a asomar y el cielo se engrisecía hacia nuestro destino. Fernando y MrHicks46 habían estado jugueteando la noche anterior con la posibilidad de cruzar de vuelta al valle de Benasque por la pista forestal que une los pueblos de Plan y Chía y pasa por el puerto de Sahún. Pero no había nada seguro. Muchos de los V-Strommers iban de a dos, todos llevaban neumáticos de carretera y algunos no habían probado a salir del asfalto anteriormente.

Los guías tenían fe en las buenas manos que todos habían demostrado durante el día y sabían que la pista no era tan complicada, viendo además que el cielo estaba más limpio por aquella zona, decidimos lanzarnos con todo el grupo por lo marrón.

La pista estaba perfecta, un poco húmeda, por lo que no se levantaba polvo. La luz del atardecer se filtraba entre los árboles con fantásticos colores de otoño mientras curva a curva íbamos subiendo la montaña. Todos cogieron buen ritmo enseguida y al poco de empezar, el grupo de V-Strommers se había sacudido los nervios y todos disfrutaban del paseo entre vacas y burritos que quedaban a los lados.

Coronar el puerto de Sahún, con las vistas del atardecer, el cielo roto, salpicado de nubes y claros, los colores del otoño en los árboles y la satisfacción de haber llegado allí todos juntos, en nuestras motos y sin incidentes, fue sin duda la guinda del pastel. Era la primera vez que en una ruta V-Strom On Road se había hecho un tramo sustancial de off-road. Además una pista con unas vistas de fantasía y en un entorno de ensueño como es el Pirineo oscense.

Un maravilloso día de moto, con un montón de variedad, visitas y anécdotas. Gran iniciativa de Suzuki por organizar estas salidas, damos las gracias también a Ruralka por su inestimable colaboración en la logística y a Fernando Blasco por haber traído su amor por Huesca a nuestra ruta ¡y cómo no, a nuestros incansables V-Strommers que esperamos hayan disfrutado de un gran día de ruta de otoño!