BY AGUSTÍ CARMONA & LUCAS GILABERT
Salgo de Barcelona con la intención prevista de recorrer una de las zonas más despobladas de la Península Ibérica.
Una zona entre la capital y la costa que, en ocasiones, parece olvidada por el tiempo y las personas.
Tras 3 horas de ruta, llegamos a Cinctorres, provincia de Castellón, donde el Hotel El Faixero , recomendación de Ruralka, será el inicio de una ruta que nos llevará a recorrer la zona, que a pesar de su despoblación y gracias a su clima, consigue ser uno de los mejores lugares de la península ibérica para recorrer en moto.
El hotel muestra una perfecta fusión entre la tradición de las piedras de su fachada y la elegancia de su decoración interior. Todo ello sin perder un ápice de la calidad que ofrecen sus productos de km0 y que es algo que tienen muy presente a la hora de ofrecer cualquier producto a sus clientes. También cabe destacar su ubicación, a tan solo un paso de la provincia de Teruel, que lo convierte en un excelente punto de partida para esta singular ruta que nos llevará a reunirnos con más de 50 motos en la VI KDD de Suzukis V-Strom.
Dejamos aparcadas las dos V-strom 800 DE que Suzuki España ha puesto a nuestra disposición para este recorrido y que pilotaremos Lucas Gilabert y yo mismo, Agustí Carmona.
En esta ocasión añadiremos a una de las motos un pasajero con la intención de comprobar cómo se comportan cuando las cargamos con 2 adultos y todo su equipaje.
Nos levantamos con el sol rozando las cumbres del valle en un día despejado, limpio y fresco, tal como corresponde a los últimos días de septiembre, y tras un magnífico desayuno en el hotel, donde predominan los embutidos de la región, tomamos la nacional CV-120 que nos llevará, pasando por Forcall, Mirambel y por último Cantavieja, capital del Maestrazgo, hasta el inicio de la famosa ruta turolense que todos conocemos como La Ruta Del Silencio.
Allí, y tras la foto de rigor en el cartel del inicio, esta ruta nos proporciona la visita a los pueblos semidesérticos que se asoman a la carretera A-1702 a la vez que nosotros nos asomamos a sus cañones y precipicios durante nuestro trayecto.
Los primeros kilómetros los trazamos las dos motos solas, disfrutando del relax de un día de sol y de la buena temperatura que nos estamos encontrando y que nos permite detenernos tranquilamente a realizar unas divertidas fotos en el Caimán Bus. Es un punto emblemático en el que poco a poco se van añadiendo algunas motos que han venido a disfrutar de esta ruta.
Seguimos avanzando en dirección norte, hasta que, nada más atravesar el río Pitarque, una moto nos detiene en el cruce para permitir el paso del grupo que andabamos buscando.
Es la VI KDD de Suzukis V-Stroms.
Van pasando motos, motos y más motos y en un hueco, nos permiten incorporarnos a ese particular pasacalles multicolor que representa, como ningún otro evento, la pasión por este modelo de la marca Suzuki.
Acogidos por el grupo, vamos cruzando el Maestrazgo en dirección a Ejulve donde la ruta proporciona el monumento de una enorme cabra montesa. Un símbolo que ha sido capaz de poner en el mapa, de cualquier motero, este pequeño, solitario y hermoso rincón de Teruel.
El increíble mirador que rodea este monumento se convierte en un punto de reunión donde compartir experiencias, anécdotas, aventuras y risas entre todos los dueños de V-Strom que nos hemos dado cita en este encuentro anual, quedando inmortalizados en una fotografía de dron que deja constancia de la magnitud de este evento.
Llevamos las únicas V-Strom 800 DE del encuentro y levantan miradas, comentarios y preguntas. No solo por su intenso color amarillo que las hace destacar, sino también por lo novedoso y distinto que resulta este modelo a los propietarios de las otras motos.
Charlamos sobre su potencia, su respuesta en marcha y su precio mientras aprendemos de aquellos que ya la han probado y comparten con nosotros su experiencia.
Con las piernas estiradas volvemos a la carretera, a la Ruta del Silencio, pero no la seguimos hasta el final. Un kilómetro antes de llegar a Ejulve, el último pueblo de la ruta, tomamos un desvío a la izquierda que, a través de la A-1403, nos llevará en dirección a Aliaga, permitiéndonos descubrir una zona que habitualmente no se incluye en esta ruta y que no decepciona en cuanto a sus paisajes solitarios, resultando ser la parte más aislada de todo el recorrido.
Atravesamos el puerto de Majalinos, mientras las montañas nos ven pasar, y al llegar a Aliaga, nos desviamos hacia Camarillas, pueblo que atravesamos antes de girar a la izquierda por la A-228 en dirección a Allepuz para, más adelante, realizar un giro a la derecha y coger la A-226 que nos llevará a pasar por Monteagudo del Castillo, Cedrillas y Corbalán. Estamos rodeados de pueblos rurales y de vida sencilla que ven, con asombro como, más de 50 motos, rompen su monotonía mientras atraviesan sus calles.
Llegamos al final de la A-226 y rodeamos las afueras de Teruel hasta la N-234 para detenernos finalmente en el restaurante El Milagro. En ese punto nos separaremos de la familia V-Strom, pensando en regresar el año que viene, y mientras unos se quedan a comer en el restaurante, nosotros retrocedemos hasta Teruel, para dirigirnos hacia la N-330 que nos llevará a pasar por Villastar, Villel, Libros y Los Mudos. Pueblecitos entrañables de clara orientación agrícola y ganadera que invitan a la reflexión de cómo han cambiado los estilos de vida en los últimos años, pasando de un entorno aislado a la más potente de las interconexiones.
Mientras cruzamos esos parajes, ya deseosos de llegar a nuestro destino en Los Huertos de Moya, nos vamos deteniendo de vez en cuando para comentar la dureza de la vida en esos parajes, la sequedad que, a finales de septiembre, expiran los campos y la tranquilidad que transmite la carretera que estamos atravesando.
Sobre las 18.00 horas llegamos a nuestro destino de pernocta para ese día. Se trata de la recomendación Ruralka hotel Tierras de Moya.
Por fuera, nos recibe como una elegante casa que se alza señorial e imponente sobre la nacional N-330 mientras que en su interior, tras su gran portón de madera, descubrimos un alojamiento de lujo con un sinfín de detalles originales anteriores a la rehabilitación de esta mansión del siglo XVIII que mezcla la construcción original, con muros de piedra y techos altos, con las comodidades más actuales (Piscina, SPA, Home Cinema). Resulta inevitable pasar cerca de su cocina y no dejarnos llevar por el olor de los platos tradicionales que nos están preparando para la cena.
Ya por la mañana, relajados, descansados y sobre todo satisfechos por la ruta trazada el día anterior y asombrados por descubrimiento de los acogedores hoteles que Ruralka ha puesto a nuestro alcance, rompemos los bostezos con una taza de café y un más que apetecible desayuno.
Este trámite nos lleva a la tan temida despedida que Lucas y yo tratamos de expresar con un sentido abrazo a sabiendas que no será la última vez que recorramos juntos carreteras tan hermosas como las que hemos disfrutado estos días.
El regreso lo realizamos entre la nostalgia por el fin de la ruta y la alegría de haberla realizado sin ningún percance. Recordando la charla con el director del hotel El Faixero, la vista de las más de 50 V-Strom trazando curvas en perfecta caravana, la mirada curiosa de los habitantes de los pueblecitos que cruzamos y la despedida junto a las puertas del hotel Tierras de Moya.
Todo ello compone un enorme collage de sensaciones que nos encantará recordar durante mucho tiempo.
Puedes ver el video de la ruta aquí.
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