Tarragona y en general Cataluña es una de las zonas más moteras de España. Las seis comarcas que configuran esta provincia nos van a hacer descubrir una región que nos ofrece más que su costa dorada. También recorremos parte de Teruel para descubrir sus rincones más bonitos.

Podremos conocer gran diversidad de paisajes, un interior montañoso a la sombra de Maestrazgo, sus extensos viñedos del Priorato, pueblos medievales, la influencia de la antigua Roma y su cultura mediterránea proporcionarán contrastes que provienen de su herencia pasada.

Comenzamos el día despidiéndonos de los encantadores anfitriones del hotel  Ruralka La Siruanella, después de un gran desayuno que nos de la suficiente energía para la ruta motera que tenemos por delante. Situado en lo alto de una peña está  el pueblo de Siurana, un lugar en la sierra de Montsant, cargado de leyendas de reinas moras y unas vistas impresionantes.

De aquí arranca la carretera que nos lleva en 47 km. por la c 242 y T 700 hasta el monasterio cisterciense de Santa María de Poblet en Vimbodí. Situado al pie de las montañas de Prades y el bosque de Poblet, es el más grande de los tres monasterios cistercienses.

Nos movemos por la comarca de la Conca de Barberà, para aparcar nuestra moto y recorrer a pie sus dos poblaciones principales. Montblanc, la capital, posee el conjunto urbano medieval mejor conservado de toda Cataluña y está rodeado por espléndidas murallas, con sus 17 torres y cuatroportales. Muy cerca, en L’Espluga de Francolí, nos detendremos para visitar su iglesia vieja de San Miguel y la bodega cooperativa, actual Museo del Vino.

La ruta del Císter es una de las escapadas más clásicas por Cataluña y también una de las más bonitas. Tomamos la carretera C -51 que nos lleva hasta Aiguamúrcia donde se sitúa el Real Monasterio de Santes Creus. En este espiritual lugar hacen vida los monjes enclaustrados tratando de seguir los pasos de la iglesia. Para continuar nuestra ruta del císter, recorreremos un tramo corto de 17 km por el Alt Camp por la C 51 hasta su capital, la Villa de Valls, que merece un alto en el camino destacando en su patrimonio monumental la capilla del Roser. Valls es conocida como la capital del calçot por lo que ¡no te puedes ir a casa sin probar una buena calçotada!

Calaceite, la capital cultural del Matarraña, es el siguiente destino. Un paseo por sus calles nos excita la curiosidad por su pasado oculto en sus murallas. Un paseo por la Calle Mayor, Plaza de España o la calle Maella admirando sus nobles edificios y balcones nos viene bien para estirar las piernas.

Tomando la A – 1413 llegamos a Cretas, en lo alto sobre una colina, con vistas hacia las crestas de Moles de Peña Galera y los Puertos de Beceite. Es momento de volver a aparcar nuestra moto y contemplar la estructura gótica de la Iglesia de la Asunción o sus calles típicas turolenses.

Valderrobres no espera con su imponente puente medieval que da acceso a su casco histórico. Atravesar su arco colosal es un verdadero salto atrás en el tiempo, por la majestuosidad de la Plaza Mayor. Podemos tomar el famoso jamón de Teruel en su mítica Posada de la Plaza, el inmueble más antiguo de Valderrobres.

Nos paramos ahora en Beceite, donde podremos admirar nuevos portales que antiguamente fueron el único acceso a la población: el de Villanueva, de Coll, San Roque, San Gregorio y el de la calle Llana. Beceite tiene la curiosidad de haber sido un importante productor de papel, elaborado en sus molinos de agua en el siglo XVII.

Por último, ponemos freno a esta ruta atravesando un mar de viñedos, lareconocida región del Priorato, nos dirigimos por la A -231 a Horta de Sant Joan, el Hotel Les Capçades, del Club de calidad Ruralka.

Está situado en plena Reserva Nacional de Puertos de Beseit, entorno natural del que se enamoró el pintor Picasso y plasmó en su época cubista, como puede comprobarse en su museo. Además, sus pozas naturales o la vía verde son perfectas para hacer excursiones en familia.

Desde este  hotel singular podrás degustar una cocina autóctona con toques de autor, en la que la sorpresa de 6 platos hará que cada noche el festival gastronómico esté asegurado. Estás en la zona vinícola de la Terra Alta, así que no te vayas sin probar sus blancos de garnacha.

¡Te enamorarán las vistas panorámicas a la montaña!

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