BY AGUSTÍ CARMONA
Preparar una ruta por un territorio que te encanta y por el que sientes una profunda admiración no resulta una tarea fácil.
Mentalmente recorro mi tierra y me doy cuenta de que existen cientos de parajes interesantes para recorrer en moto y que me encanta visitar siempre que tengo la oportunidad, aunque, para esta ocasión, me he decantado por una ruta con la que recorreremos el Pirineo pasando por algunos de sus rincones más turísticos y por otros más escondidos y poco visitados, tratando de que, en todo momento, el recorrido sea 100% asfáltico y al alcance de cualquier piloto pero además, con un gran aporten cuanto a los paisajes y la cultura para no aburrir a los más experimentados.
He buscado una ruta donde primen por igual, las carreteras tranquilas, la naturaleza y la gastronomía y el resultado ha sido esta Ruta de los Miradores.
EMPECEMOS!
El punto de salida elegido es el Hotel Puig Francó, con una excelente ubicación para iniciar esta ruta circular por las carreteras tranquilas y solitarias que van cercanas a la frontera con Francia.
Empezaremos circulando por la GIV-5223 en dirección a Rocabruna hasta el pueblecito medieval de Beget, donde podremos parar en el primero de los muchos miradores que nos encontraremos hoy por si hiciera falta ajustar cualquier cosa en las motos o los pilotos y para observar su iglesia románica enclavada entre montañas y bosques.
En este tramo hemos ido intercalando bosques y paisajes de alta montaña pero siempre con un trazado sinuoso y divertido de buen asfalto y que parece pensado para recorrer en moto.
Continuamos en dirección Oix y seguimos hasta ver los acantilados de roca basáltica de Castellfollit de la Roca pueblo en el que tras una hora de viaje, podemos realizar una breve parada para comprar sus tradicionales y sabrosos carquiñolis (algo así como unas pequeñas rebanadas de pan duro con almendras). Saben más sabrosas de lo que a priori parece.
Aquí terminamos, por un rato, con las carreteras de montaña para dirigirnos a atravesar un valle repleto de campos de cultivo, así que tomaremos fuerzas y seguiremos, por la N260a, hacia Olot para salir, de la capital de la Garrotxa, por la C-152 hasta Sant Esteve D’En Bas donde giraremos a la derecha para coger la C-153 en dirección a Susqueda y volver a encontrarnos con algunos tramos de carreteras serpenteantes.
Una vez superada Susqueda, tomaremos un desvío a la izquierda, hacia un camino rural donde ascendemos, durante un par de kilómetros, por un firme mal asfaltado, a ratos agujereado a ratos con cemento. El firme hace que este sea la parte más complicada de la ruta, pero no es nada insuperable, pues son muchos los vehículos que lo realizan a diario para, tras la ascensión, disfrutar del paraíso.
Una vez arriba, encontramos el motivo ideal para contemplar, con toda la tranquilidad que se merece, cada uno de los apenas 7 kilómetros que componen esta parte de la ruta y donde podremos, si nos apetece, detenernos en todos los miradores que nos encontraremos y que no son pocos. El mirador del Silencio, el del Pla Boixer o de los Buitres, entre otros), aunque también he de decir que la propia moto permite contemplar todo el esplendor de un valle repleto de bosques y acantilados que, a nuestros pies, nos escoltará por la izquierda hasta llegar a Tavertet.
Es precisamente este tramo el que inspiró el nombre de la ruta.
Continuamos por la BV-5207 hacia L’Esquirol, y retomamos la C-153 mientras las curvas nos acompañan durante todo el recorrido para suavizarse al ir llegando a Manlleu.
Atravesamos Manlleu y tomamos la BV-4608, una carretera de montaña que nos ofrece nuevamente todo el esplendor de los bosque pirenaicos, que nos llevará en dirección a Sant Agustí de Llucanés.
Antes de llegar, nos desviaremos un momento de la ruta para visitar Perafita donde podremos visitar este encantador pueblecito y degustar su espectacular postre local que aquí denominan Coca de Perafita, acompañado, si da tiempo, de un buen chocolate a la taza.
Con el estómago lleno, saldremos de Perafita hacia el norte, por la BP-4654, hasta Borredà (175,1km) para tomar la BV-4656 dirección a Sant Jaume de Frontanyà. Si el clima y el horario lo permiten, detendremos un momento las motos al lado de la carretera para visitar el Salt del Bisbe, una catarata espectacular que tendremos a unos 50 metros de las motos pero que resulta imposible ver desde la carretera por la espesa vegetación que nos rodea.
Más adelante llegaremos a la Pobla de Lillet para tomar el desvío hacia Campdevanol pasando por la sinuosa carretera que cruza el Coll de Merolla.
Los siguientes 3 kilómetros serán por la amplia N260 hasta Ripoll donde nos desviaremos en dirección a Sant Bernabé de les Tenes por la N-260a, para cruzar el Coll de Canes y llegar a Vallfogona de Ripollés.
Seguiremos hasta llegar a la GI-521 donde giraremos en dirección a Sant Joan de les Abadesses, y tomaremos de nuevo en la N-260 (C-38) y nos dirigiremos hacia Camprodón pasando por delante de una de las fábricas de galletas más famosas de Catalunya, Galletas Birba, y por donde siempre nos invade el típico olor de la masa recién salida del horno.
Dentro de Camprodón, nos desviaremos hacia una pequeña y poco transitada carretera que nos devolverá directamente al Hotel Puig Francó, punto de origen y final de esta ruta circular por los espectaculares paisajes pirenaicos y pre-pirenaicos con los que disfrutar de una jornada de curvas, vistas, bosques, carreteras de alta montaña y como no de motos.
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