El origen de los Pirineos está envuelto en una leyenda mitológica, que afirma que Pyrene era una ninfa del olimpo, de la que Hércules se enamoró, una historia de amor que como en tantos relatos acabó en tragedia. El monstruo de tres cabezas Gerión aspiraba a arrebatar el reinado de Iberia al padre de Pyrene, llamado Túbal, arrasando con fuego las montañas dando muerte a la ninfa. Hércules henchido de rabia levantó el mausoleo más grande, amontonando piedra a piedra la totalidad de la Cordillera Pirenaica. Es por eso por lo que muchos perciben esa dualidad femenina, acogedora, y al tiempo ruda y grandiosa del periplo en especial por las cumbres, colladas y valles oscenses.

Un macizo montañoso que cambia continuamente al conectar dos mares desde el clima mediterráneo al atlántico, ascendiendo desde ellos hasta alturas superiores a los tres mil metros, cubierta desde los más frondosos bosques de pinos, hayas y acebo hasta la más seco y duro granito. Es el alto Aragón, con su parque emblemático de alta montaña sembrado de picos, glaciares, pueblos de pizarra y madera ennegrecida, nieve deslumbrante y verde interminable. El viaje obligatorio para todos los motoristas con ganas de aventura.

La carretera que transcurre por el valle de Benasque es de las más atractivas del Pirineo Central. De frente el majestuoso Aneto, con sus 3.404 metros de altitud, impone respeto y alrededor la naturaleza y la sucesión de lagos, bosques y estribaciones montañosas donde yacen casi encajadas poblaciones como Anciles, Cerler y Benasque, totalmente recomendables.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es el más emblemático de los espacios naturales españoles. 15.000 hectáreas de valles surcados por el hielo que cuando el clima fue benigno tapizó de hayas y robles preservando glaciares y varias cimas superiores a los tres mil metros de altitud. En contra de lo que muchos viajeros creen Torla no es su única puerta de entrada, sino que también se accede por los valles de Añisclo, Escuaín y Pineta. Si Jaca es la capital de Jacetania, su ciudad rival históricamente es Ainsa, la vieja y pétrea ciudad medieval enclavada en un promontorio que domina la confluencia del Ara y del Cinca, y que vivió sus momentos de esplendor hasta el S XVI por ser paso obligado en los trasiegos entre Francia y la península. Por suerte esta carretera quedó desplazada del casco antiguo, conservando intacta su gran plaza mayor porticada. Ascender hasta ella no es problema para nuestra V Strom por su gran ergonomía, estrechez entre las piernas y soltura de dirección. Parada en el amplio parking contiguo, un rápido vistazo a la mecánica de nuestra Suzuki, y engrase y tensión de la cadena. Imprescindible el repostaje de gasolina, porque las gasolineras a partir de ahora son escasas.

En dirección por la A138 acenderemos 11km buscando la carretera que sigue el curso del río Vellós hasta el cañón de Añisclo. Durante 10 km ascenderemos entre altísimos murallones, vegetación y el río encañonado. En la explanada de la Ereta de Bies aparcaremos nuestra V Strom para cruzar el puente de San Úrbez cuya vista desde el pretil nos producirá verdadero vértigo y, rebasando la ermita se inicia el camino al interior del Cañón de Añisclo, con flancos de 1.200 metros de desplome. Como alternativa sugerimos la visita a pueblos al borde de la extinción muy cercanos, a los que podemos acceder con la moto, como Nerín, Fanlo o Vio, con el marco del impresionante Cañon de Añisclo de fondo.

Otra ruta de alta montaña que une los valles de Cinca y el Ésera es la que nos adentra en los valles de Pineta y Barrosa. Siguiendo la A 138 paralela al río Cinca, es recomendable pasar por Labuerda y hacer fotos junto a la torre renacentista de la parroquia que se recorta sobre el imponente fondo de la peña Montañesa. Antes de alcanzar Lafortunada, un desvío a la izquierda nos llevará hasta Tella –población con apenas una treintena de habitantes– en donde contemplar el dolmen megalítico y las ermitas de San Juan y San Pablo a los pies del Puntón de las Brujas, ejemplo de toponimia local por su culto a la brujería.

Rodeado por completo de altísimas montañas, el rio Cinqueta sólo tiene salida por Salinas, población que nos abre la llave del Valle de Gistaín, una de las zonas más aisladas con pueblos como Saravillo, Sin, Plan, San Juan de Plan y Gistain. Plan se hizo famoso por su célebre caravana de mujeres en los años 80. Algo más adelante la carretera se convierte en pista forestal durante 25 km a su paso por el Hospital de Gistaín, hasta llegar a Chia y Castejón de Sos donde descansaremos plácidamente en nuestro hotel Ruralka Hotel Rural Diamó. Un destino perfecto como broche de oro a una ruta para el recuerdo.

La ruta ha sido un trazado perfecto para nuestra trail Suzuki.  con encanto podremos seguir imaginando nuevos viajes junto a nuestra V Strom 1.000, entre valles forjados cumbre a cumbre por el mismísimo Hércules para su amada ninfa Pyrene.

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