El Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, enclavado en la provincia de Jaén, es con sus más de 200.000 hectáreas, el de mayor extensión natural de la península ibérica, impresiona al visitante por su relieve escarpado de media montaña. Paredes rocosas de gran altura se entremezclan con profundos valles y frondosos bosques de pinos laricios. También tiene la singularidad de originarse en sus valles dos de los ríos más caudalosos de España, como son el Guadalquivir y el Segura –que nace en Fuente Segura con el brote de sus aguas de una cueva natural inundada– a 1.413 metros de altura. Su alto grado de conservación se debe a su pertenencia a la Armada española, propietaria de los pinares para la construcción de buques, y en la actualidad la importancia de la ecología, el senderismo, la pesca sin muerte y las excursiones ecuestres siguen preservando este monumental corazón verde de Andalucía. El agua es otro de los elementos protagonistas de este espacio natural. La extensa red hidrográfica existente permite no sólo disfrutar de una gran variedad de flora y fauna, sino también realizar numerosas actividades: un paseo en barca por el embalse del Tranco, senderismo junto al río Borosa, conocer los nacimientos del Guadalquivir y el Segura o el salto de agua de Chorro Gil son sólo algunas de las posibilidades.

Su red de carreteras es mínima –y por tanto hay que asegurarse de partir con el depósito lleno–, lo que dará más aliciente a nuestra ruta y la convierte en una escapada perfecta para “desconectar”. Tan vasto territorio da pie a muchas alternativas de rutas por sitios perdidos, pero en esta ocasión tenemos la brújula de los cursos del río Guadalquivir y Segura, y visitaremos sus lugares de nacimiento, junto a los mejores enclaves de la serranía.

Nada más salir de Cazorla, dominada por su Castillo de la Yedra de origen berebere, enfilamos la ascensión por la ladera de la Sierra del Pozo hacia el Puerto de las Palomas, divisamos desde lo alto una inmensa panorámica sobre los olivares jienenses, y por la otra vertiente el largo valle por el que empieza a discurrir el río Guadalquivir. La bajada de este puerto es muy técnica, lo que bien pondrá a prueba nuestro nivel de conducción con la Suzuki V Strom 1.000, y apreciaremos la incorporación de sus nuevos sistemas como el ABS o el control de tracción. Daremos con un cruce de carreteras, hacia la derecha en dirección al acceso al Parque Natural (por pista no asfaltada pero sin dificultad). Parte de estas pistas forestales –o carriles como aquí se les denomina– tienen su propia normativa y hemos de consultar por donde podemos acceder libremente.

Iremos ascendiendo el curso del río, por la A-319, que poco a poco veremos ensanchar su cauce contorneando el embalse del Tranco. La carretera es típica de alta montaña, apoyada sobre la ladera montañosa por la que no nos sorprenderá toparnos con ciervos, imponentes rapaces o más confiados jabalíes. Podemos hacer una parada de la ascensión en el centro de interpretación Torre del Vinagre, que mantiene una actividad didáctica y de conservación con su jardín botánico.

Mantenemos aún nuestra dirección norte hacia Hornos, donde ya atisbamos a nuestra izquierda el rasgo facial del pico del Yelmo, con 1.809 m. de altitud, y que si nos apetece desviarnos de la ruta, desde su cresta divisaremos preciosas vistas de todo el Parque Natural, tierras manchegas, e incluso estribaciones de Sierra Nevada. Se puede acceder tanto por una carretera desde la aldea del El Robledo recientemente asfaltada.Volviendo de nuevo a la carretera que veníamos trayendo llegamos a Hornos, antigua ciudad amurallada y aún hoy día protegida por su castillo, en el que prevalece la altura de su torre del homenaje, como igual sucede en Segura de la Sierra, cuya fortificación nos delata la importancia estratégica defensiva en la época de la Reconquista de la serranía de Cazorla.

Ahora la carretera desciende en recto hacia el río Segura, adentrándonos en el valle limítrofe con Murcia. Es un tramo ancho y seguro, con un trazado remodelado del antiguo trazado que deja a un lado el paso por poblaciones. En Pontones podemos optar por acceder por un corto desvío al nacimiento del río, que siempre ofrece la curiosidad de ver brotar este importante curso fluvial. Ascendemos y nos disponemos a abordar otro valle, el del río Zumeta, por la carretera C 330 que nos hace cruzar a la provincia de Granada hasta Huéscar y Castril tras dejar atrás pequeñas sierras como la de la Sagra, de Montilla, Marmolance y la Duda. Cruzamos un último río, el Guadalentín, y llegamos a Pozo Alcón, de nuevo en Jaén. Aquí conoceremos a Manuel, que después de viajar entre bosques poblados de venados –cuya mejor época para avistarlos es en otoño, coincidiendo con su época “amorosa” de la “berrea”–, será nuestro mejor anfitrión en su hotel Spa Los Nogales. Un hotel rural con espléndidas instalaciones, desde gimnasio, pistas de paddle y tenis, piscina exterior y de agua termal. También podemos disfrutar recorriendo el pueblo y hacernos con algo de jamón, chacinería, vinos, quesos artesanos, miel serrana o rica repostería, mientras obsequiamos igualmente a nuestra V Strom de merecido descanso.

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