La Península Ibérica es un enclave estratégico como lugar de paso obligado en las rutas migratorias de las aves que, dos veces al año, se desplazan desde sus zonas de nidificación a otras zonas más templadas para pasar su época de hibernación. Es en otoño cuando un gran contingente de aves llega a nuestro país, bien sea de paso hacia tierras más meridionales y templadas, en el África subsahariana, o para permanecer en España para pasar el invierno. El cambio de estación viene anunciado por bandadas de aves migratorias como palomas, grullas, gansos silvestres u otras aves viajeras. Sin embargo las condiciones climáticas más benignas en Europa hacen que otras especies se queden aquí, como la Cigüeña europea que, como mucho, vuela hasta Marruecos. O la golondrina, que cada vez apura más su regreso porque la primavera se adelanta y ya encuentra alimento. En V-Strom On Road siempre encontramos buenas sugerencias para salir y fomentar tu curiosidad viajera. Aquí tienes tres válidas razones por las que volver a rodar en moto y traerte de regreso valiosas experiencias en la naturaleza… ¡Volamos hacia allí!

Las lagunas de Villafáfila y su entorno, en Zamora, nos ofrecen un completo plan para disfrutar de una excursión ornitológica. Si tenemos suerte con la meteorología y estamos acostumbrados a madrugar, es posible ahora en otoño dar cuanta de un buen número de especies que viven en el agua. Se dice de Villafáfila, que es el único punto de España donde se puede tener simultáneamente en el campo de visión auxiliándonos de unos buenos prismáticos, de grullas, gansos y avutardas, las tres especies silvestres más representativas. Además el entorno enamora, el color pardo de la planicie cerealista de Tierra de Campos nos muestra su sobria belleza, y el ambiente aislado y silencioso reinante crean una disposición propicia para la paciente observación y en moto podremos llegar a lugares insospechados.

Aunque en el pasado fueron más, hoy las lagunas salobres de Villafáfila se reducen a tres: La Grande, la de Las Salinas y la de Barrillos, ubicadas en la depresión que comprende Villafáfila y Otero de Sariegos. Aquí pernoctan sobre todo gansos silvestres y grullas. Además aquí se encuentran las más altas concentraciones de avutardas que en condiciones favorables logra juntar alrededor de 1.500 individuos, reunidos en bandadas que sobrevuelan los campos de alrededor. Su actividad consiste en buscar alimento en ellos y pasar la noche en el agua, donde su actividad no cesa y justo al amanecer se agita con su característico griterío. El espectáculo continúa con los vuelos de las aves a baja altura.

Podemos movernos con nuestra moto por los alrededores. A media mañana podemos transitar por la red de pistas en torno a la zona, las aves están más expuestas puesto que la vegetación escasea siendo imprescindible como decimos la ayuda de unos prismáticos. El atardecer es otro buen momento para la observación, ayudado por los colores del crepúsculo, y observar las maniobras de regreso a la laguna de grullas y gansos, en busca del último bocado antes de recogerse. Para completar la excursión podemos dirigirnos ahora con la moto al centro de Interpretación de El Palomar, en las proximidades de Villafáfila tomando la carretera a Villalpando, donde se reproduce una laguna a escala.

En Zamora puedes seguir disfrutando de más alicientes, como el hotel La Hoja del Roble en Puebla de Sanabria, una auténtica casa señorial del S XVII en lo alto y a orillas del río Tera que te dejará boquiabierto. También te invitamos a La Posada Real del Buen Camino en Villanueva De Campeán, situada en plena Vía de la Plata y en el Camino de Santiago, encontrarás esta maravillosa Posada Real con encanto que data del siglo XIX. Y subiendo el listón te ofrecemos todo un castillo neogótico del S XIX como el Castillo de Monte La Reina, un espacio agradable y acogedor. Sostenible, ecológico y rodeado de viñedos, en este hotel con encanto de Ruralka te invitarán a descubrir su historia y los secretos de los vinos con D.O. Toro que atesoran en su bodega.

Palencia constituye hoy en día una inmensa llanura cerealista que abarca gran parte de la meseta de Castilla y León. Su paisaje, monótono, tiene sin embargo lago de hipnótico y reconfortante, y nos permite un plácido juego de adivinar las torres de las iglesias divisables desde decenas de kilómetros. La Laguna de La Nava se encuentra situada a dos kilómetros de Fuentes de Nava, en plena comarca palentina de Tierra de Campos. Este viaje en moto es absolutamente recomendable.

La laguna de La Nava fue en tiempos uno de los humedales más extensos de la cuenca del río Duero. Actualmente es un humedal completamente artificial. La laguna posee una extensión de 307 hectáreas, dividida en dos partes iguales, separadas por la carretera que une Mazariegos con Fuentes de Nava y con distinto régimen de uso: una se destina exclusivamente a la conservación de aves y la otra se aprovecha conjuntamente para su explotación ganadera. En estas últimas 150 hectáreas, conservación y pastoreo conviven en perfecta armonía. Su agua procedente del Canal de Castilla es introducida todos los años a comienzos de otoño, imitando el ciclo natural de la laguna: la inundación en otoño e invierno y desecación durante el estío. La laguna es una fuente de riqueza en lo que respecta a la fauna. De octubre a marzo acoge abundantísimos contingentes de anátidas que llegan a alcanzar las 20.000 aves en algunos inviernos, con concentraciones máximas de hasta 10.000 individuos de ánsar común y otras muchas especies de patos, como azulones, cercetas, silbones o cucharas.

Tierra de Campos es en esta época tranquila de otoño un disfrute, y para corroborarlo tenemos en el club de hoteles con encanto de Ruralka dos opciones cercanas a Nava de Fuentes. El Eco-Hotel Doña Mayor en Frómista es un hotel de edificación moderna en la misma zona que el Camino de Santiago y el Canal de Castilla y con productos de kilómetro cero para hacer más placentera tu estancia. Sanmartina Hotel está en Becerril de Campos es una casona tradicional rehabilitada con todo lujo de detalles, como sus cuidados suelos, muebles antiguos y su decoración estilo nórdico.

Ponemos rumbo ahora con nuestra moto hacia el Reino de Aragón. La reserva natural de la Laguna de Gallocanta es una reserva natural de Aragón, entre las comarcas de Campo de Daroca y Jiloca, formando parte de los términos municipales de Santed, Gallocanta, Berrueco, Las Cuerlas, Tornos y Bello, entre las provincias de Zaragoza y Teruel. Ocupa el fondo de una cuenca cerrada de unos 500 km2 a casi 1.000 metros de altitud, por lo que constituye un verdadero lago salado en un entorno de montaña. La población que vamos a poder observar aquí es la de las aves anátidas y limícolas, aunque también cuenta con especies de gran interés como cigüeña negra, águila real, y avutardas o alcaravanes debido al carácter estepario de su entorno. Las más comunes son las grullas que utilizan la laguna como área de descanso durante sus viajes migratorios anuales entre la segunda mitad de octubre y la primera quincena de marzo. Para visitar la laguna partiremos de Gallocanta donde se localiza el Museo de las Aves. Pasamos también por Berrueco –con el poblado celtibérico del Castellar– y una vez alcanzado Tornos seguimos la ruta en moto hacia Bello. En el Centro de Interpretación disponemos de un completo fondo documental de la laguna, con una estancia en la planta superior reservada para un espectacular mirador, donde hemos de venir equipados de unos buenos prismáticos. No muy lejos están situados los llamado “ojos”, manantiales de agua dulce y cálida que al mezclarse con agua salina y fría de la capa freática genera las condiciones ideales para la nidificación. Otro punto que te recomendamos es ascender a la ermita del Buen Acuerdo, partiendo desde Las Cuerlas, y disfrutar de las vistas hacia la laguna desde su cara oeste, cerrando el círculo de nuestra ruta motera acompañando al atardecer a las grullas retornando a sus dormideros, a orillas de la laguna.

Si culminas las tres etapas del viaje en Zaragoza has de permitirte el capricho de venir a la Almenara de Copau, cercano a la capital, un edificio modernista  de1915, catalogado de interés arquitectónico, antigua casa en la que se guardaban las aguas del canal y posteriormente residencia de verano de la sociedad aragonesa. Tus anfitriones son amantes del mundo del motor, han inspirado sus cuatro habitaciones en modelos de coches clásicos, su decoración con piezas de modelos antiguos y objetos originales. Y a poco más de 20 minutos de la Laguna te ofrecemos el Hotel Cienbalcones, en Daroca, un hotel muy señorial con preciosas estancias, con altos techos de vigas de madera y las cerchas descubiertas, se distribuyen a lo largo de un edificio antiguo catalogado y un buen restaurante, “Restaurante Ruejo”, para disfrutar también de la buena gastronomía aragonesa.

Esperamos que os haya gustado esta breve selección, ¿cuál es tu laguna preferida? ¡Cuéntanos!