El Ebro es el más caudaloso de los ríos que surcan nuestra Península Ibérica. A pesar de nacer en la cornisa Cantábrica, vierte sus aguas en el mar Mediterráneo tras un fructífero recorrido que es conocido como Valle del Ebro. La ruta costera desde Barcelona siempre resulta atractiva por las vistas que ofrece sobre el Mare Nostrum, además nos permitirá ir al encuentro de la desembocadura del Ebro y remontar junto a él su último tramo proveniente de tierras aragonesas.

Nos encontramos en la comarca costera de El Garraf, en la provincia de Barcelona, y donde la internacionalmente conocida Sitges lo sitúa aun mejor en el mapa. El Palou Boutique Hotel no queda lejos de allí, en San Pere de Ribes, y está enmarcado en el Parque Natural del Garraf, donde proponemos iniciar una entretenida jornada con escenarios mediterráneos. Tras reponernos gracias al cuidado hospedaje que se ofrece en esta casa indiana, que data del S. XIX, como es norma en todos los hoteles pertenecientes al Club de calidad Ruralka. El desayuno resulta fundamental en la experiencia del Palou Boutique Hotel, con productos de calidad, ecológicos y, por supuesto, de temporada. Si el tiempo lo permite mi consejo es que lo hagas en la terraza de la piscina, que se encuentra rodeada de un magnífico jardín.

Ponemos rumbo a Tarragona por la C-32, que enseguida nos adentra en la provincia más meridional de Cataluña, y que desemboca en la N-340. Esta nacional recorre todo el litoral mediterráneo sin dejarse ni una sola población costera… En la «capital del sur de Cataluña» encontramos la antigua ciudad romana de Tarraco, con su anfiteatro, así como el cercano acueducto, conocido como Puente del Diablo, y el Arco de Bará. La turística Salou no queda lejos, donde Port Aventura ofrece un potente entretenimiento para poder dar rienda suelta al chiquillo que todos seguimos llevando dentro. Cambrils y Hospitalet del Infante son otros lugares turísticos que vamos encontrando a nuestro paso. Más adelante, las cúpulas de las Centrales Nucleares de Vandellós (I y II) llaman nuestra atención, además de anticiparnos que enseguida nos toparemos con el que fue el segundo trazado permanente estrenado en España: el Circuito de Calafat.

L’ Ampolla es la entrada norte al Delta del Ebro. Un territorio ganado al Mediterráneo fruto de la sedimentación producida por su desembocadura y que sorprende por la extensa planicie que ocupa. Teñida de un intenso verde cuando sus arrozales están en su mayor esplendor. Un escenario rotundamente asiático. Llegar al Faro del Fangar supone aparcar nuestra Suzuki V-Strom y terminar el paseo a pie por la paya hasta la solitaria torre. Al otro lado del Delta impresiona la inmensa y estrecha franja que forma la playa con orilla a ambos lados. Las tranquilas aguas del interior, con sus vistas a la lejana San Carles de la Rápita, invitan a inmortalizar a la V-Strom en tan singular escenario pero no permitas que te sorprenda la marea, ya que el raso relieve puede llegar a resultar traicionero aliado con el siempre vivo Mediterráneo.

A la episcopal Tortosa, capital del Bajo Ebro, llegamos por la C-12 tras dejar atrás Amposta. Esta carretera ofrece unas magníficas vistas sobre un descomunal Ebro de porte navegable, como hace ya muchos siglos los romanos supieron explotar. Pasado Xerta un desvío a la N-230b nos hará recorrer un sinuoso trazado en ascensión hasta Prat del Compte, para más adelante dirigirnos a Sant Joan de Horta. Un poco antes de alcanzarlo un pequeño desvío a la derecha nos permitirá acceder al Hotel Les Capçades. Allí podrás degustar los manjares típicos locales -avisa que vas antes- y reponer las fuerzas necesarias para continuar con la ruta propuesta. Pero lo más probable, cuando veas la piscina climatizada con vistas a la montaña, es que cambies de opinión y prefieras aprovechar la tarde allí saboreando todo lo visto y disfrutado hasta ese momento en este privilegiado emplazamiento.

El Ebro nos aguarda con su inagotable e intenso caudal. Deshacemos nuestros pasos hasta la C-12 denuevo y donde nos desviamos anteriormente, justo donde coincide con el río. Giramos a la izquierda buscando el generoso puente que nos permitirá cruzar al otro margen del río. La carretera enseguida asciende ofreciendo unas esplendidas vistas sobre el inmenso cauce, ahora jalonado por ordenados viñedos. Sin entrar en Rasquera continuamos hasta Flix donde nos despedimos de este Ebro catalán que proviene de partir en dos Aragón. Alcanzamos Granadella, en la provincia de Lérida, tras el surtido de reviradas curvas que forman la estrecha C-233, allí la C-242 con dirección a Bellaguarda nos conducirá hasta Vilanova de Prendes por la TV-7004. Para más adelante adentrarnos en las Montañas de Prades por la T-700 hasta L’ Espluga de Francolí. La N-240 nos da un respiro en forma de vía más cómoda, aunque no exenta de entretenimiento, tanto por su trazado como el mayor tráfico que acumula, en dirección a El Pla de Santa María. A la que llegamos al desviarnos poco antes por la TV-2001 y que cambiamos por la C-37 hacia El Pont d´ Armentera. La TV-2002 hasta Santa Creus para afrontar el tramo final de la ruta por la TV-2441. Que a pesar del cambio de nomenclatura, motivado por el retorno a Barcelona, nos hará alcanzar nuestro objetivo final en el Hotel Rural El Molí de Pontons. Un romántico hotel ubicado en una casona del casco antiguo del pequeño pueblo de Pontons, rodeado de montañas, bosques y sobre todo viñedos. Como caracterizan a esta región del Alto Penedés. Te aseguro que a la mañana siguiente querrás volver en busca del Ebro.

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