Esta vez osproponemos recorrer junto a nuestra Suzuki V Strom los mismos caminos que escenificaron una época de nuestra historia reciente. A principios del S. XIX, la fama del protagonista de nuestra ruta se extendía por buena parte de Europa, cuando el escritor Prosper Mérimée afirmaba que en “España manda el Rey, pero en Sierra Morena gobernaba El Tempranillo”. Componente de los siete niños de Écija, ya nos apunta la temprana edad en la que originó su desarrapada vida provocada por la subsistencia del bandoleroy sus secuaces, en favor de los más desfavorecidos. Con el absoluto control de todos los pasos de Sierra Morena, se dedicó al asalto de carruajes y especialmente las de la Hacienda del Reino, hasta que Fernando VII ofreció, tanto a él como a tantos prosélitos, ponerse del lado de la ley, y así conseguir desarmar su causa. Una historia que merece la pena ser revivida, y mejor aun cogiendo las riendas de la mejor moto de trail del momento.
Todos los parajes por donde impuso respeto –aunque no carente de galantería, cuando sustrayendo la sortija del dedo de una dama exclamaba “manos tan bonitas no necesitan adornos” –, configuran un estrecho triángulo entre las provincias de Sevilla, Málaga y Córdoba. Recorreremos sitios poco habituales, perfectas para una trail de última generación como la Suzuki V Strom , cuyos protagonistas son los miradores y espacios protegidos que se entremezclan con las leyendas del romántico bandolero. Su azarosa vida puede compararse con los retorcidos meandros del río Genil, que da la vida a este territorio regando huertos, criando barbos en sus dulces aguas o empujando molinos de agua harineros, aquí llamados “aceñas” –del árabe“al saniya” –.
Curso arriba ponemos el punto de partida del viaje, en cualquiera de los dos fantásticos cortijos pertenecientes al club de hoteles con encanto de Ruralka; Hospedería La Era, en Almedinilla, ésta en tierras cordobesas. El mimo hacia el huésped supera lo inimaginable. El cortijo es todo culto a la tierra, a la vida sencilla del campo, siendo Davinia y Raúl todos unos expertos en la oliva y la vid, además de un sinfín de alimentos propios de la zona.
Poniendo rumbo hacia territorios bandoleros, nuestra primera parada es en Lucena, la puerta de entrada a la comarca de la cordillera subbética y ejemplo de cruce de las culturas musulmana, cristiana y judía, por lo que fue llamada La perla de Seferad por su numerosa población judía en el medioevo. En ella abundan palacios, su famoso coso, castillo del Moral e innumerables ejemplos barrocos como la iglesia de San Mateo, transición hacia el Renacimiento andaluz. Es la población con mayor plantación de olivos y por su variedad autóctona hojiblanca o “casta Lucena”. También es la cuna de unos de los vinos hispánicos de denominación de origen Montilla Moriles: finos, olorosos, y el dulce Pedro Ximénez. Igualmente interesante es su ruta de la Artesanía del Bronce y el Barro, con sus tinajas aceiteras famosas en todo el mundo.
A 22 km siguiendo el curso de la autovía A 45 dirección Málaga, llegamos a Benamejí. Empezaremos visitando el mirador de la Grieta, desde el que veremos además del castillo de Gómez Arias, los sotosdel Genil y el imponente puente de Hernán Ruiz de estilo renacentista. Seguimos la llamada “ruta de los miradores”, a unos 15 km. hacia el norte, bajando el cauce del Genil. La población se arracima en torno a la parroquia de San José, que vislumbramos desde el mirador de la Viñuela. Nos encontramos en la población natal de El Tempranillo, Jauja, y aquí profundizaremos en toda la mitología en su centro de interpretación. Por último, su paisaje nos quedará imborrable recorriendo la reserva natural deLaguna Amarga (llamada así por su alta concentración de sulfato) y Laguna Dulce (de aguas temporales), ambas muy ricas en avifauna, siendo la zona natural más importante de la ruta de El Tempranillo.
Aguas abajo llegamos a Badolatosa, antigua Vadus Latus (Vado ancho) famosa por el paso en el año 45 a.C. del gran Julio César tras vencer a Pompeyo en la batalla de Munda. Atravesada por el Genil y siendo frontera natural entre Córdoba y Sevilla, la población fue el cuartel general del bandolero. Cerca tenemos el embalse de Malpasillo, declarado Parque Natural por ser área de descanso de aves migratorias. Alejándonos de la ribera visitaremos Corcoya –famosa por sus cuevas y escondites de El Tempranillo– y su ermita –y romería si nos coinciden las fechas, celebrada a principios de septiembre en honor a la virgen de la Fuensanta–. La Ruta de El Tempranillo y el olivar están íntimamente unidos, en esta zona encontraremos recursos para conocer más la cultura olivarera y así de paso gozar la experiencia de trazar pistas libremente con la V Strom.
Siguiendo ahora hacia el oeste, llegamos a Casariche cuyo mirador de Cerro Bellido esta situado junto a unas canteras romanas. En Alameda encontramos otro hito en la vida de El Tempranillo, una emocionante visita al patio de la iglesia de la Inmaculada Concepción, en el que se encuentra la tumba del mítico bandolero. Muchos restos arqueológicos han sido encontrados en esta villa, los cuales demuestran que Alameda fue poblada por diferentes pueblos a lo largo del tiempo, siendo los más importantes sus Termas Romanas. Desde el mirador de la Camorra, a 684 m de altura –el mejor mirador del recorrido y broche perfecto para nuestra ruta, con una espectacular panorámica hacia Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada, incluyendo la Reserva Natural de la Laguna de la Ratosa–.
Apoyados en su prominente cruz, podemos atisbar nuevos caminos por los que todavía se adivinan sombras de sus caballos, ataviados de manta y trabucos. Nuevas sendas para trotar con nuestra nueva V Strom –eso sí cambiando las escopetas por el equipo de regalo del caballete central, puños y protecciones que ahora nos ofrece Suzuki– y todavía mejor si logramos viajar en compañía, juntamos una buena banda V Strom.
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