Guadalajara está protagonizada por su famosa y literaria Alcarria y extiende su territorio por el centro y sur de la provincia con un relieve tirando a suave y del tipo arcilloso. Más hacia el norte se encuentra la Sierra Norte de Guadalajara, que alberga el parque natural Hayedo de Tejera Negra, uno de los hayedos más meridionales de Europa y que linda con la Comunidad de Castilla y León en la provincia de Segovia.
Comenzamos la ruta con nuestra Suzuki-Vstrom en Imón. Sus singulares salinas, nutridas por el río Salado, delatan la proximidad del pequeño pueblo; y donde nunca olvidaré el exquisito trato recibido en el Hotel Salinas de Imón con motivo de otro viaje por esta atractiva zona. El recio, aunque recogido, hotel está ubicado en un edificio con más de tres siglos de antigüedad y en tiempos de Carlos III fueron las oficinas y residencia del antiguo administrador de las Salinas.Tras un desayuno en condiciones por lo que pueda acontecer el día, retornamos hasta Sigüenza. Donde aprovechamos para repostar nuestra moto, algo muy importante ya que apenas encontraremos gasolineras por esta despoblada zona de España.
Continuamos por la CM-110, que acaricia Atienza – que también cuenta con gasolinera y es la última que encontraremos en la ruta propuesta- y está protagonizada por los restos de su Castillo roquero, en lo más alto del promontorio en el que en una de sus laderas se asienta la coqueta población medieval, y que hablan de lo duras que debieron ser por aquí las contiendas en la Edad Media. Ganamos altura al adentrarnos en la Sierra de Pela, que hace de frontera natural entre Castilla-La Mancha y Castilla y León pero te aseguro que poco han cambiado las cosas por aquí, salvo por la instalación de esos enormes aerogeneradores. Así que no sería extraño encontrarse con vientos exagerados y que pudieran influir en la sensación térmica, incluso en la época más calurosa del año. Prevenido estás.
Sin llegar a adentrarnos en la provincia de Segovia, un pequeño desvío a la izquierda anuncia la proximidad de Villacadima por la estrecha CM-1006. Más adelante se encuentra el desvío a Cantalojas y el objetivo de la ruta: el Hayedo de Tejera Negra. No te asustes si se acaba el asfalto siguiendo las indicaciones del Hayedo. Es más, espero que lo estuvieras deseando porque a partir de ahora tenemos por delante un buen trayecto por pistas forestales para poder disfrutar del buen hacer de la V-Strom también en este medio. Tejera Negra se encuentra en el Macizo de Ayllón que, además, forma parte de Sistema Central en su vertiente oriental. Ofrece un escenario de cuento nórdico en un entorno tan natural que entresemana adquiere la dimensión de inquietante por la tranquilidad que allí se respira, sólo interrumpida por los sonidos provenientes del propio bosque -¿seguro que no había osos?- Lógicamente, su acceso está restringido al tráfico rodado y obligan a dar un paseo a pie para apreciar mejor la intensidad y variedad de los colores que allí se confinan, sobre todo en la época otoñal. Merece la pena.
Deshacemos el camino recorrido por la pista que nos llevó hasta el aparcamiento del Hayedo y sin llegar a Cantalojas tomamos la pista que sale a la derecha con dirección a Majaelrayo. Como referencia hay un rústico puente sobre el río Lillas. La pista ofrece buen firme y está incluso señalizada, cruza un vasto bosque en el que sólo la labor de extracción de la madera interrumpe el sosiego reinante. Majaelrayo es uno de los mayores exponentes de la particular Arquitectura Negra y sus pueblos negros, basada en la utilización de la pizarra que tanto abunda por la zona; y que debe su excelente conservación a lo aislada que quedaba la zona, a pesar de encontrarse a escasas dos horas de la capital de Madrid y apenas 130 km de distancia.
Ese desafiante pico a nuestra izquierda es el Ocejón (2.049 m) y separa Majaelrayo de Valverde de los Arroyos, nuestro destino final. Ponemos rumbo a Tamajón por la GU-185, que enseguida cambia su nomenclatura por la de GU-186. A nuestro paso encontramos Campillo de Ranas, El Espinar y Campillejo, las coquetas y «oscuras» poblaciones que también son buen ejemplo de la típica arquitectura. A continuación nos sumergirnos en un festival de curvas pero al que no debes perder el debido respeto ya que, a pesar de lo aparentemente despoblado de la zona, nos podemos encontrar con algún vehículo de manera imprevista, incrementado por la escasa visibilidad en gran parte del recorrido y, sobre todo, porque algún bache aislado puede llegar a sorprendernos. El embalse de El Vado no queda lejos de aquí, y un pequeño desvío nos anuncia su ubicación. La Ermita de Los Enebrales es de las escasas edificaciones que encontramos por aquí y, a continuación, una zona con curiosas formaciones rocosas donde no es extraño encontrar habilidosos escaladores en los arcos que forman sus caras interiores. Enseguida tomamos el primer desvío a la izquierda, por la GU-211, en busca de Valverde de los Arroyos. Este último tramo continúa la tónica del anterior pero cuenta con una mayor visibilidad.
Valverde de los Arroyos nos recibe con su típica animación turística del fin de semana y que contrasta con la quietud reinante del resto de los días. Allí se encuentra El Nido de Valverde donde la autenticidad, la hospitalidad y el buen gusto forman parte de la oferta de este recogido hotel de tan sólo tres habitaciones. La V-Strom ha cumplido con su cometido sin rechistar, es momento de darle el merecido descanso mientras nosotros damos una vuelta por Valverde o, si nos quedan ánimos,subir dando un paseo a pie hasta las chorreras de Despeñalagua. Tranquilo que a la vuelta el descanso y la restauración quedan al cargo del hotel cual nido.
Deja tu comentario