Málaga, una provincia bendecida por su conocido litoral pero también por un relieve espectacular en el interior malagueño. En él encontramos una superficie casi completamente montañosa, gracias a sus sierras y serranías como la de Ronda o el extraordinario Torcal de Antequera donde descubrimos pueblos blancos amontonados que conservan el patrimonio de la infinidad de culturas que han poblado la zona desde sus orígenes.
Comares es el pueblo elegido como punto de partida para recorrer en nuestra V-Strom la zona del interior de la capital de la Costa del Sol. Esta entretenida ruta motera comienza en el hotel Ruralka base de esta ruta por la provincia malagueña partiendo de un municipio que está situado sobre la cresta de un monte escarpado que domina un impresionante paisaje. El hotel con encanto El Molino de los Abuelos está levantado sobre un antiguo molino de aceite en plena plaza del pueblo.En este encantador lugar, que tiene un restaurante que utiliza productos típicos de la zona, podremos tomarnos el primer bocado del día con un desayuno donde no puede faltar ¡el delicioso pan con aceite!
Llegamos a Antequera combinando la A-356 y A-7075 tras atravesar el Parque Natural Montes de Málaga y disfrutamos de 60 kilómetros con bastantes curvas a lomos de nuestra V-Strom. Esta ciudad malacitana cuenta con un rico patrimonio histórico donde se incluye dólmenes prehistóricos y multitud de iglesias con encanto malagueño.
Si paseamos por Antequera no nos podemos perder El Torcal, un Paraje Natural compuesto por un impresionante paisaje kárstico. ¡merece la pena!
Nos montamos de nuevo en la V-Strom, para dirigirnos durante 50 km por la A-357 a los Embalses Conde de Guadalhorce y Tajo de la Encantada. Estas aguas se recogen en el pantano de Gaitanejo, antes de introducirse por el Desfiladero de los Gaitanes, un Paraje Natural que cuenta con una garganta abierta por el río Guadalhorce en las calizas y dolomías jurásicas en el lugar conocido como El Chorro, que conforma un cañón de tres kilómetros de recorrido, y también una pasarela colgante, llamada «Caminito del Rey», que recorre el desfiladero a 100 m de altura. ¡Un espectáculo de la naturaleza!
Cogemos la A-367 y A-366 durante 70 km y nos chocamos con uno de los pueblos más bonitos de la provincia malagueña, Ronda. La conocida como Ciudad del Tajo es parada obligada para disfrutar del Puente Nuevo, una majestuosa obra que roba el corazón de todo aquel que la visita. Ronda también es famosa por su estrecha relación con el mundo de la tauromaquia representada en su máxima expresión por la plaza de toros del siglo XVIII que cada año celebra su tradicional corrida Goyesca.
Aprovechamos nuestra visita en Ronda para conocer su gastronomía. En ella destacamos sus ibéricos jamón, chorizo, caña de lomo, salchichón… ¡Espectacular! Además, podemos terminar la comida deleitándonos con un surtido de postres de la zona como las rosquillas de alfajor, quesos de almendra, roscos de vino o los famosos gañotes y pestiños de los Conventos de la Merced y las Franciscanas.
Reanudamos nuestra aventura motera con una parada a 20 minutos de Ronda. Seguimos por la A-366 rumbo a El Burgo, un coqueto pueblo enclavado en la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves. El río Turón y sus arroyos que vierten en él sus aguas hacen de El Burgo un lugar con un paisaje maravilloso.
Por la tarde, disfrutamos ahora de una ensalada de curvas para divertirnos con nuestra V-Strom hasta llegar a Casarabonela por la MA-5401. En pleno Parque Natural Sierra de las Nieves, nos encontramos un pueblo con encanto enclavado en un paisaje único ideal para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.
Recorremos la A-343 hasta llegar a Álora donde destaca su castillo árabe de la Edad Media y su proximidad a la zona de El Chorro.
Ahora sí, ponemos rumbo a nuestro punto de partida situado en Comares. El Molino de los Abuelos será el lugar donde podremos pernoctar y cerrar una ruta motera inolvidable a lomos de nuestra V-Strom. Descubrimos cada rincón de la casa y admiramos sus espectaculares vistas desde un antiguo mirador situado en el patio. En su restaurante, disfrutamos de un exquisito aperitivo con un buen vino, de su propia cosecha, de los Montes, mientras esperamos a que sirvan la cena, basada en la cocina de antaño.
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